Un vez que lo intentas ya no puedes parar…
Sucede que lo más difícil es dar el primer y único paso, sentirte que estas hay es realmente frustrante, se te pasan muchas cosas por tu mente. Todo desaparece cuando te lanzas al vacio esa sensación de vuelo es única, tocas con tus manos el cielo, en vez de bajar siente que subes por un ascensor sin frenos.
Me dirás que estoy loco y que soy tonto, porque hacer lo que otros no pueden y tiene miedo de hacer, pero yo no siento miedo, ¿porque? No lo sé.
Pero cada vez entro en el pensamiento colectivo del universo, los símbolos se convierten en señales a mi paso, la inspiración llega, es más que eso brota como un manantial, siento que las ideas entran en mi cabeza y las tengo que materializar. Cada una de ellas son fruto de este vuelo sin para caídas, saber que vas a caer y el aterrizaje será forzoso me instimula a tomar todas las experiencias necesarias para aprender. Cada vez que me lanzo hay algo distinto, se que la caída será un duro revés de vuelta a la realidad pero sé que dentro de mi, hago lo necesario para poder entender todo lo que me sucede y poderlo transfórmalo en historias llenas de magia.
Sé que la magia durara poco, sé que mi realidad se convertirá en mi rutina, pero sé que habrán más puentes de donde lanzarse y más historias que describir, versos que se transformaran en intrínsecas aperturas de una sinfonía llena de gracia.
Mi lugar está en el vacío, un vacio llena de emociones encontradas, de letras que estaban perdidas dentro de mí que trasformaron en la manera de escribir sobre la vida, te invito a saltar junto conmigo y a reescribir esta historia.